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miércoles, 19 de octubre de 2011

Los Primeros Instrumentos Musicales

Si los primeros instrumentos musicales se remontan al Paleolítico, significa que los Homo Sapiens Sapiens ya disponían de sus propios utensilios sonoros para expresar el arte de la música. Nuestros antepasados prehistóricos ya tocaban algunos instrumentos aunque sus fines estuvieran alejados de los actuales. En su mayoría, su uso se guardaba para las ceremonias de hechicería con objeto de aislar los malos espíritus o pedir lluvia en períodos de sequía. Por otro lado, los materiales que utilizaban para construir sus instrumentos eran de origen vegetal y animal en un inicio. Más adelante usar la piedra, la madera y el cuero.
A finales del Neolítico, nacen las primeras culturas bajo las civilizaciones fluviales de Mesopotamia y Egipto. Éstas serán las creadoras de instrumentos que, aunque perfeccionados, son utilizados todavía hoy en día. Pronto, las civilizaciones asiáticas de Persia, India y China añadirán su granito de arena a los primeros instrumentos de la historia, sin olvidar, por supuesto, la Grecia clásica.
Los instrumentos más primitivos son el resultado de querer producir efectos sonoros utilizando para ello instrumentos de percusión. El sonajero, construido a base de llenar con semillas o bolitas de arcillas una calabaza vacía, es de los más antiguos. Este instrumento del Neolítico tenía un gran uso en sesiones de hechicería o en ceremonias religiosas y además de una calabaza se podía utilizar cualquier base, como una cáscara de coco, que diera lugar a ese ruido característico de una maraca, quizás el ejemplo más claro de sonajero que se propagará por Egipto, la India y estará presente en Grecia.
                                                              
Otro instrumento rey de la percusión en esos inicios de la historia de los instrumentos es el crótalo. Considerado el antecesor de las castañuelas, estaba compuesto por dos tablillas alargadas de madera o de marfil, y unidas por la base. Estos platillos tan antiguos ya aparecen pintados en los numerosos bajorrelieves que han llegado hasta nosotros y que corresponden a las civilizaciones mesopotamica y egipcia.